Historias

Vivir con AME: la historia de Nathan

La primera vez que Nathan jugó al power chair football a los siete años, se enamoró. Cuando le diagnosticaron AME a una edad temprana, había incertidumbre sobre su futuro y lo que sería capaz de lograr. Pero Nathan siempre se ha esforzado por ir más allá de lo que se espera de él, y competir en un deporte de forma independiente valida su motivación y su deseo de demostrar que su diagnóstico no lo define.

"Llevo 17 años jugando al power chair football. El primer entrenamiento al que fuimos, cuando tenía cinco o seis años, yo era nuevo, así que no sabía lo que hacía, pero... me enamoré. Me enamoré.

Pude competir. Fui capaz de practicar un deporte por mi cuenta. Desde ese momento supe que había encontrado el deporte para mí. Era yo jugando. Era yo siendo competitivo, y me permitía ser un atleta y competir a un alto nivel.

Cuando me diagnosticaron AME, no estábamos seguros de si iba a poder hacer deporte o no. Nací con esta enfermedad, que debilita mis músculos con el paso del tiempo y dificulta mucho cosas como tragar, comer y realizar tareas normales.

No se esperaba mucho de mí en la vida, así que siempre quiero progresar y seguir superando esos límites, supongo. Creo que el sentimiento de querer esforzarme siempre e ir más allá de lo que se espera es muy importante para mí.

Mi padre ha sido mi entrenador de fútbol desde que empecé, así que aprendimos a jugar juntos y es quien más me motiva, pero también es mi mayor admirador. Sí, ha sido un lazo muy divertido para él y para mí, poder aprender a jugar juntos y ganar cuatro campeonatos nacionales juntos, e ir a por el quinto dentro de dos semanas, así que sí, ha sido genial.

Todos los equipos en los que he estado han sido muy unidos, ya sea mi equipo del club de Minnesota o la selección nacional de Estados Unidos, todos somos un grupo muy unido. Fuera de la pista, rara vez hablamos de fútbol, hablamos de cosas al azar. Somos gente normal que usa ruedas en lugar de pies. Soy atleta, diseñador y una persona de familia.

Quería ser lo más normal posible. Expresar mis intereses por el deporte, el diseño y la accesibilidad, y no centrarme en mi discapacidad como algo malo. Sí, es difícil. Sí, es diferente, pero ahora hay que vivir la vida y seguir adelante. Tardé un tiempo en aceptarlo, pero ahí es donde estoy ahora".

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